Las motivaciones y la felicidad en la experiencia laboral
Pasamos gran parte de nuestro tiempo útil en el trabajo. Sin embargo, no necesariamente los momentos más felices de nuestras vidas los pasamos en él… De ahí la importancia de comprender el tema y profundizar en el mismo. Cuando se piensa en ser feliz en el lugar donde uno trabaja, es tal vez un lugar común conectar directamente con los beneficios que brinda una organización. Existe el pensamiento “cuanto más doy, más felices estarán los colaboradores”. Sin embargo, eso es solo una utopía o incluso hasta una contradicción en sí misma. Estoy seguro de que los hijos de padres millonarios no son más felices que los que tienen menos. La felicidad proviene de otro lugar, es una ecuación que básicamente tiene que ver con dos cosas: las expectativas y la realidad.
A la felicidad se la podría sintetizar con la fórmula matemática de la diferencia entre lo que esperas que ocurra (tu expectativa) y lo que efectivamente ocurre (la realidad). Con lo cual, a mayor expectativa, la probabilidad de disminución de felicidad es mayor también. Y cuando nos preguntamos “¿para qué trabajamos?”, muy posiblemente encontremos respuestas que entren dentro de los que se llama “las 4Ps +a”: Plata, Poder, Placer, Prestigio o Aprendizaje. Puede ser por uno de los elementos, por dos o por los 5, pero hay una razón que actúa como gran disparador.
Respecto de cuáles son los ingredientes de la felicidad laboral, son diversos. En primera instancia, hay una que es crítica, condición necesaria pero no suficiente: ¿qué es lo que hacés?, ¿de qué trabajás?, ¿a qué dedicás tu energía las 4, 8, 10 o 12 horas de actividad laboral?
La primera fuente de satisfacción es hacer algo que te guste, que te apasione, que te genere adrenalina positiva. Una actividad en donde no tengas que mirar el reloj para ver a qué hora tenés que irte. Trabajar de algo que nos guste y apasione es una de las bendiciones más grandes que podemos recibir. La segunda, está relacionada con quiénes son tus colegas. ¿Cómo es la confianza con la gente con la que trabajás? ¿Cuál es el nivel de camaradería? Esto determinará, en gran parte, el ambiente de trabajo en el que te desempeñarás. Y la tercera fuente está centrada en los jefes. Muchas veces éstos no son conscientes de su influencia en la felicidad de su gente. Y cada vez más seguido, las personas renuncian a sus trabajos por sus jefes…
Un buen jefe es inspirador y participativo, y el efecto que produce en las personas es contagioso: dan ganas de trabajar con él. Asimismo, de acuerdo con la teoría de Dan Pink, hay 3 factores que nos motivan una vez que nuestras necesidades básicas están satisfechas: autonomía, maestría y propósito. Esto significa tener la libertad para trabajar en un lugar en donde pueda tomar nuevos conocimientos, decisiones y que me permita transcender. También, donde lo que haga tenga sentido y le pueda hacer bien a otros -la trascendencia-. Ahora, debemos comprender que la felicidad es una búsqueda, un camino que tiene mejores momentos y otros no tantos, es un destino que nos marca un norte. Cuantas más acciones generemos que nos acerquen, mucho mejor será. Soy de los que piensa que es imposible alcanzar la plena felicidad y quedarse allí, como si fuera un paraíso. Justamente, en el arte de vivir está esa búsqueda permanente, que nos impulsa a seguir viviendo.
Alejandro Malamed
Director General de Humanize Consulting – Coach Ejecutivo y Speaker – Doctor en Ciencias Económicas – Autor de “Empresas más Humanas”, “Mejores personas, mejores empresas” e “Historias y Mitos de la Oficina – Lo que nadie cuenta”.
Compartir lo bueno nos enriquece. Alejandro Malamed. Las motivaciones y la felicidad en la experiencia Laboral. (16 de mayo del 2016). Disponible en http://clafo.com/landingart.php?id=19